miércoles, 31 de agosto de 2016

JOSE, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Juntando las letras de tu nombre
Ocasión mejor no encuentro de elogiarte.
Sea pues este el instante, en que expreso
El gran aprecio que por ti siento.




lunes, 29 de agosto de 2016

SEBASTIAN, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Sólo vengo a agradecerte
Esos momentos que han dejado
Buenos recuerdos en mi mente,
Anhelo que vuelvan pronto
Sólo porque nos demos el gusto
Tú y yo de volver a vivirlos
Intensamente y como niños,
Agradezco al destino se cruzaran
Nuestras vidas y seas tú mi amigo.





jueves, 25 de agosto de 2016

CAMERON, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Cuando el sentimiento más sincero
Alcanza a tocar mi pecho
Me nace dedicarte unos versos
Elevando mi voz al firmamento.
Recitado este acróstico aquí te dejo
Ofreciéndote todo mi sentimiento
Nacido del gran cariño que por ti siento.





lunes, 22 de agosto de 2016

BORIS, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Buscando en la vida
Ocasiones especiales para saludarte
Resuelto, escogí este día
Innegable oportunidad para estrecharte
Solícitamente en un abrazo de amistad.



viernes, 19 de agosto de 2016

DIEGO, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Digo tu nombre y un afecto
Inmenso, cual si fuera
Eterno el sentimiento
Gana mi pecho. Y por eso quiero
Ofrecer a tu nombre mi verso.



jueves, 18 de agosto de 2016

MONSERRAT, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Mi mas sincero cariño
Obliga en este momento
Nombrarte con efusivo,
Sincero y cordial afecto.
Este mi leal sentimiento
Recitado aquí te lo dejo,
Recíbelo pues con aprecio,
Así como si hubieras recibido
Todo mi cariño en un abrazo.




miércoles, 17 de agosto de 2016

VIRGINIA, TU NOMBRE ES UN POEMA.

Vuelven a mi mente
Inolvidablemente
Recuerdos que me envuelven
Grata y emotivamente.
Inspirados y cargados de emociones
Nacen estos versos en mi mente,
Infundidos por un cariño sin límites
A ti quiero dedicártelos especialmente.




martes, 16 de agosto de 2016

MARIA, TU NOMBRE ES UN POEMA

Madre, amiga, hermana
A través de tu nombre,
Recurren a mi memoria
Imágenes que me inundan
Alegres y emotivas al recordarte.






viernes, 19 de febrero de 2016

EL TIRANUELO, SU TRAJE AZUL, SUS ZAPATOS DE CHAROL Y SU ANSIADA TEZ BLANCA.



 El tiranuelo, su traje azul, sus zapatos de charol y su ansiada tez blanca; eran suficientes para que aprendiese pronto a botar las leyes que sus señores le encargaban.

El tiranuelo en esa lejana tierra dentro del gran señorío, se hacía aclamar por todos regalándoles balones. En actos públicos acudía con su traje azul, sus zapatos de charol y su ansiada tez blanca. Y en pleno acto público se ponía a patear balones a la muchedumbre como un gesto de generosidad hacia sus súbditos, y sus más sin-pensantes simpatizantes lo aclamaban por ello acomodándole las solapas de su traje azul con el único fin de asegurarse un puesto en su tirano régimen.

El tiranuelo lanzaba a diestra y siniestra los balones sobre la muchedumbre eufórica y enternecida por su generosidad. Y cuando se le acabaron los balones, viendo sorprendido a sus súbditos derramar tanta ternura e ingenuidad, agarro las leyes, las arranco hoja tras hoja, las estrujo con sus manos y afinando la puntería con la punta de su zapato de charol, las lanzó a patadas sobre la gente, eufórico como la muchedumbre o intentando burlarse de ella, con un aire de soberbia, una risa grotesca y las solapas de su traje azul agitándose como banderas. Saboreo como un dios aquel momento.

Y el trágico, burlón y soberbio acto de romper las leyes en público, estrujarlas para luego lanzarlas a patadas sobre la gente se fue repitiendo hasta que ya se había convertido en una costumbre tanto para aquel tiranuelo como para sus súbditos.

Hasta que un claro día de invierno, no faltó quien de entre la muchedumbre eufórica y  enternecida, en pleno acto público, tomara la palabra, atreviéndose a ponerse al frente de la muchedumbre, para hacerle al tiranuelo la siguiente pregunta:

-¿Por qué rompes las leyes para luego tirárselas a tu gente?- La voz quedo marcada en las mentes de la muchedumbre como un eco aunque no todos estuvieran consientes de la pregunta que se había hecho.

La espera por una respuesta de parte del tiranuelo se hizo eterna y al final el silencio sofocó toda esperanza, los sin-pensantes simpatizantes ocultaron la mano, el puño y hasta el aplauso con el que apoyaban a su líder, pero así y todo se mantuvieron a su lado acompañando su luctuoso silencio, la muchedumbre perdió todo entusiasmo. Y entonces volvió a levantarse aquella voz que había quedado sellada como eco en las mentes de la gente para dirigirse al tiranuelo con las siguientes palabras:

“Las leyes no valen para quien no puede hacerlas. Por lo tanto las leyes pueden decretarse, romperse, pero nunca hacerse. Por algo les enseñamos a los niños en la escuela, que deben de comprender que las leyes son decretadas por Dios y no por sus gobernantes” le dijo aquel señor suyo que había estado esperando la ocasión, escondido entre la muchedumbre, para dirigirse a él en el momento más oportuno.


Luis c. Torrico


lunes, 4 de enero de 2016

ESTOY EN EL TRABAJO Y ESTOY ENFADADO

Estoy en el trabajo, y estoy tan aburrido de esto que, quisiera estar en una caja de chocolates; tendría que estar parapléjico para eso, ser blando y ser dulce, pero además de eso estar bien conservado y ser comestible. Una cuantiosa e infinita lista en cuanto a maneras de ser y de estar que me faltarían para llegar a tal estado. ¡Demoniaco trabajo que me absurdece cuando alcanzo el límite de la monotonía!

Mis ideas, un montón de imposibles deseos que sólo pueden ser decibles, deseos dulces en la imaginación, amargos en el fondo. Y solamente son decibles, porque únicamente en el límite de mi lenguaje fracasado, pueden deshacerse de esa carencia de necesarias formas para ser o para estar. Juego con mi imaginación o mi imaginación juega conmigo.

No sé hasta qué punto a de arrastrarme la insensatez en este juego innecesario de palabras. Y todo, por el desquicio que crea en mí este trabajo. Cansado de ser un individuo, pegado a sus inexcusables labores diarias tras un escritorio, tendré que renunciar, pero renunciar definitiva e irremediablemente a esta mi condición condescendiente, atravesar los límites de una actitud conformista, y saltar en seco sobre el vacío, hasta alcanzar ese yo íntimo e irracional para permitirme ser sólo palabras.

O simplemente adaptarme y ser pesimista, reconocer que éste es sólo un juego de palabras, un laberinto en el cual mi mente se pierde irremediablemente, sin ganas de perder pero perdiéndolo todo, por esas ganas irresistibles de ser libre, aunque sea sólo efímeramente.

Luis c. Torrico.