jueves, 31 de diciembre de 2015

ACTUALMENTE ME BAÑO CON FLORES



Mi baño de flores ha comenzado
La bañera quedará con aroma
A romero, a manzanilla y gardenia 
Yo depositaré mi cuerpo dentro.


Y comenzará este ritual de flores:
Frescura que mastico al sentir el aroma
De las gardenias más dulces de mi patio trasero.


Este aroma de flores me llena por dentro
Me hace soñar en un jardín cósmico
Lleno de aromas y colores.


Mi cuerpo sumergido en aromas, se pierde.
Idolatro las flores entregándoles mi cuerpo
Y sus suaves pétalos me envuelven en caricias.


Pequeñas caricias que agarran mi cuerpo
Lo sostienen en su aroma y me envuelven en él
Transportándome a su frescura.


Abren mi corazón rosado, con todos sus colores
Con todos sus aromas, entran en mis fosas nasales
Me limpian por dentro los pulmones.


Y me convierte en una ramificación de sus ramas
Mis manos son ramas, mis piernas tallos
En mi cabeza dan vueltas todos sus aromas juntos


Refrescan mi mente, aclaran mi frente
Soy clara, cristalina, resurjo en su aroma
Soy otra, soy hoja que escribe
Soy rama que se abre y se expande.


En esta bañera, soy otra,
Soy tallo macizo 
Soy un aroma a madreselva y me expando


Solo se oyen suspiros
Y me arrullan en la bañera.
Me pierdo en el pláceme,
Reposa mi cuerpo entre estas flores
Y solo se oyen suspiros.


Me bañan estas flores
Cada una a su modo
Sueltan su aroma en mi piel.


Sus pétalos caen
Y al contacto con mi piel
Hacen un eco diminuto.


Estas flores que hoy me bañan
Nacieron de la tierra más seca
De mi patio trasero y aun así
Depositan aromas frescos en mi piel.


Así que yo te digo:
Planta flores en tu patio trasero
Que aunque las dejes secas
Ellas envolverán tu cuerpo
Con su suave frescura.


Huelo pasión, a flor de piel,
Sobre mi cuerpo
Huelo a vida derramada
Huelo a naturaleza, a savia.
Huelo a generosidad vertida
Sobre mi piel.


Todo se convierte en una suerte
De salvación y de sanación
Para mi cuerpo.


=====
Cada pétalo que cae sobre mis hombros
Es una lengua húmeda que lame
Y si caen completas las flores sobre mi ombligo
Son labios juntos que besan.


Brotan los poros de mi piel
Y quieren guardar semilla
Para ser patio trasero
Que haga nacer otras flores encima.


Una flor nueva nace al interior de mi vientre
Y me hace sentir luminosas sensaciones
De un bello ego, cual creadora encendida.


Se abre mi vientre, brota la flor prometida
El bosque a su alrededor es un pubis prometedor
El sol y la luna que traigo en mis senos
Se oponen a ensombrecer esta magna creación.


Un manto de celeste radiante e infinito
Se posa sobre mis hombros, y con eso basta,
Soy el patio trasero de mi flor vendita que ha nacido.


Solo falta la música que estoy escribiendo
Para regar mi flor infinita, solo falta,
Quien llame a las mariposas para que se posen
En mi vientre y adoren mi flor infinita.


Solo falta quien ahuyente a los escarabajos
Para que éstos se alejen al rincón más infinito
De mi vientre.
=====


Desde ya, huele a mañana
El roció se ha puesto ya
Y el manto celeste
Puesto sobre mis hombros
Se multiplica.


Se activan todas estas flores
Puestas sobre mi cuerpo
He vuelto a nacer de nuevo
Y ya estoy lista para vivir de nuevo.


¿Ves cómo me ha cambiado la voz?
Antaño era tierra seca
Pero de la tierra seca también sale una flor.


Y es aquí donde retiro mi mano
Porque es aquí donde las flores
Se convierten en una obra de arte.


Luis c. Torrico.



jueves, 24 de septiembre de 2015

ME HE VUELTO A ENAMORAR


Te percibí en un dulce encuentro, el dulce en mi boca y la tartamudez en la tuya, luego te fuiste, quede hecho una llamarada de confusiones, el humo de un cigarro ajeno a traído hasta mí un álbum de fotos olvidado. Y ahora viajando en el autobús siento que estoy quemando las imágenes del recuerdo más hermoso que tuve y que ahora se ha ido.

Siento que con tu boca torpe me has robado una vida anterior que tuve y que me gustaba, me pregunto si a ese hurto le llaman amor los poetas.


Nota: Con este relato se da por concluida esta serie de: LOS RELATOS DE GUALDO de Luis c. Torrico. 

miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA ROSA Y LA CUCHA


DE: Gustavo L. Ruiz

Había una vez, un perro que era muy rico. No le faltaba nada. Tenía una gran cucha especialmente diseñada por los mejores arquitectos de la zona. Siempre vestía con chalecos y corbatas, comía los mejores manjares, hasta tenía una heladera y una cocina donde guardaba los mejores huesos traídos por sus dueños de Europa. Era muy soberbio, y le molestaba que los niños se le acerquen a su cucha. Siempre caminaba erguido por los alrededores con el hocico parado y sacando pecho, mirando de reojo a los demás perros.

Enfrente vivía un perrito en una cucha muy humilde, y todas las mañanas, con su gran regadera de plástico, regaba una rosa verde que creció junto a su puerta.

Tanke, así se llamaba el perrito, era muy bueno con los niños y todos lo querían mucho en el barrio. Era alegre, juguetón y siempre estaba contento.

Al perro millonario de enfrente, que se hacía llamar Mister Perro, no le gustaba que todos los niños siempre estén jugando con Tanke.

Mister Perro entonces decidió que quería una rosa igual a la de Tanke.

Llamó a sus amigotes y les ofreció mucho dinero a quien lograra traerle una rosa igual que la de Tanque. Los amigotes de Mister Perro estuvieron buscando por varios días, pero no encontraron nada.

Entonces Mister Perro mandó a fabricar una rosa verde de plástico muy linda, pero los niños seguían sin acercarse a su cucha, y furioso Mister Perro se comió su rosa de plástico.

Así decidió ponerse un antifaz y por la noche, con una tijera cortó la rosa de Tanke y la plantó cerca de su cucha.

Por la mañana, Tanke al no ver su rosa verde se puso triste, y cruzó en frente a preguntarle a Mister Perro si había visto quien se llevó su rosa. Grande fue su sorpresa al ver que Mister Perro estaba regando una rosa verde parecida a la de él.

Tanke volvió triste a su cucha. Pero a los pocos días la rosa se marchitó y otra rosa verde creció junto a su cucha.

Nuevamente los niños jugaban alrededor de la cucha de Tanke.

Mister Perro miraba y no comprendía que fue lo que falló. Se puso a llorar y al verlo, Tanke se le acercó y le dijo: “la rosa verde crecerá junto a tu cucha solo si eres un perro bueno, juguetón y alegre”.

“Ahora entiendo”, dijo Mister Perro, “de ahora en adelante seré un perro bueno. No me llamaré más Mister Perro, usaré mi verdadero nombre que es Moky, y seré bueno, siempre bueno…”.

Y a los pocos días sé lo veía a Moky regando su linda rosa verde.

FIN

EL MONO POETA


DE: Gustavo L. Ruiz

Faltaba solo un día para el cumpleaños número 10 del hijito del rey de la selva.

El león siempre fue un excelente padre que cada día le enseñaba los secretos para ser un buen rey al principito, pero tenía algo que lo amargaba, el gran león nunca fue muy demostrativo de su cariño, o sea, nunca un abrazo, nunca un te quiero hijo y nunca unas palabras que demostrara su gran cariño, solo en las acciones cotidianas el leoncito hijo sabía que su padre lo amaba.

Pero este cumpleaños el padre le había prometido unas palabras especiales. Y el hijito estaba muy contento esperando ese gran día.

—Mi padre hablara para mí, que alegría que tengo. Pensaba el leoncito.

El león y rey, por más que trato de escribir sus sentimientos en un papel, nada se le ocurría, entonces una brillante idea se le cruzo por la melenuda cabeza.

—«Ya sé, que mi amigo el mono me escriba algo»

El mono era el poeta y dramaturgo venerado de la selva, el mejor escritor desde hace muchos años y autor de “Las parábolas del Mono”, era un verdadero pensador. Entonces el león envío a dos de sus guardaespaldas a lo del mono a pedirle y asignarle esa tarea. Fue así que los dos rinocerontes de la custodia fueron con su aspecto intimidante (anteojos negros, trajeados y con auriculares en una sola oreja) a visitar al mono poeta.

Lo haré de buen gusto dijo el mono, y se sentó en su escritorio, los custodios se pararon uno a cada lado y no le sacaron la vista de encima.

El poeta pensó en las palabras más bonitas en sus envoltorios de rimas digno de un poeta, decía todo con metáforas, para nombrar un simple árbol usaba un sin números de muy bonitas y excelentes palabras. Pero… tras varias horas de escribir y escribir, no quedo muy convencido, se tomaba la cabeza, limpiaba sus lentes y escribía, los custodios bostezando ya se miraban entre ellos, y uno se anima a deslizar una pregunta.

— ¿Pasa algo?

—No, no. Respondió el letrado.

—Mire mono que el cumpleaños es mañana.

—Ya casi esta listo. Respondió el brillante escritor.

Y entonces, el poeta tubo una magnífica idea, doblo la hoja en blanco y se la dio a los impacientes corpulentos.

—Listo, entreguen esta carta a su majestad, y díganle que lo que esta escrito solo puede leerlo un padre digno.

En eso la cotorra, la más chismosa de la selva, que estaba escuchando todo, inmediatamente salió a contarles a todos los que se encontraba.

—El mono escribió algo que solo los padres dignos pueden leerlo.
Los custodios antes de llegar a la cueva del rey no pudieron aguantar y ya que ellos también son padres de unos traviesos rinocerontitos, abrieron la hoja y quisieron leer esas mágicas palabras, y...

—Che, no veo nada, ¿será un idioma leones?

El otro un poco más ágil de pensamiento dice...

— ¿Como que no vez nada? Que magnificas palabras...

Pero el tampoco veía nada. Pasaban por ahí unas jirafas y unas hienas también padres y les preguntaron si ellos podían leer lo que decia en ese papel, pero como ya la cotorra había contado a todos, los animales exclamaban

—Ohhhh Que hermosas palabras!!! Que contento se pondrá el leoncito!!

Nadie podía leer nada, pero no podían admitir que eran padres no dignos.

Cuando los rinocerontes le entregaron el papel al león, le dijeron lo que dijo el escriba, SOLO LOS PADRES DIGNOS PODRAN LEER, el león no le dio mucha importancia ya que confiaba en el mono poeta y estaba muy seguro de que no tendría problemas en leer ya que se consideraba un león digno como padre.

Y siguió con los preparativos de la gran fiesta, no escatimo en gastos ya que sería un gran momento una gran fiesta, Y llego el día, la asistencia fue perfecta, nadie falto, hasta los animales del pantano de al lado vinieron.

Bailaron y se divirtieron toda la noche, el león estaba un poco nervioso pues nunca antes había dicho unas palabras a su hijito y menos delante de toda la selva, la leona lo animaba con mimos y abrazos.

—Bueno, bueno. Nuestro rey va a dedicarle unas bellas palabras a su hijo. Dijo la cebra.

Todos se callaron y todos se pararon en frente del pequeño escenario armado por las hienas arquitectas de la jungla. La leona sentó al leoncito justo frente a su padre, y el silencio reino en la fiesta, todos querían escuchar esas palabras, (en realidad querían saber si el león era digno y ellos no).

El rey mira al mono de reojo y le sonríe, el mono levanta su copa y también le sonríe. Y dice el león...

—Hijito mío lo que dice acá lo pensé yo solito, pero como el mono sabe escribir un poquitito mejor que yo, le pedí que me lo escribiera.

El hijito escuchaba maravillado y miraba a sus amigos y a su leona madre mostrando su alegría. Dice el león

—Tráiganme el sobre!!

Los rinocerontes se atropellaron entre ellos para alcanzarles el sobre con la carta.

Su majestad abre el sobre. Los animales miraban como estatuas, saca la hoja y se dispone en voz alta a leerlo, pero…«acá no dice nada» pensó para adentro.

—Tráiganme mis lentes…

Exclamo, inmediatamente la jirafa le trajo sus lentes, el león trato de leer y nada veía, levanto la vista miro a su hijo y luego miro al mono, el mono le hizo una seña con el pulgar arriba. Muy nervioso el rey escucha a su hijo que dice…

—Dale papi!!! Estoy temblando de la emoción.

Entonces el rey levanta la hoja, saca pecho y dice:

—Hijito mío, mí muy querido y amado hijito, te amo con toda mi alma, con toda mi vida, con todo mi ser, y deseo que este día sea el mejor día para vos, siempre estaré a tu lado, siempre te cuidare, te mimare, te abrazare y te amare siempre, nunca dudes de mi amor.
Feliz cumpleaños hijito de mi corazón.

Y el pequeño hijito rompió en un llanto de emoción y alegría, y todos aplaudieron las emotivas palabras del león, el hijito corrió a dar un enorme abrazo al padre y le dijo:

—Gracias papi, yo también te amo tanto,

Luego de tanta algarabía, el rey se acerca al mono y le pregunta en voz bajita:

—Ese papel no decía nada.

Y el mono poeta responde:

—Ese papel decía todo tal cual vos lo leíste…

martes, 22 de septiembre de 2015

ANTÍPODA A LA ESPERANZA


Ya me tiene un poco cansado este aire de esperanza, más que cansado soñoliento, a todos los tiene narcotizados y a mí ya me tiene harto. Hoy quiero perder esa virginidad insana de la eterna espera, ya no quiero sentarme a esperar un combo cargado de ilusiones que tenía que supuestamente haber llegado ya hace mucho tiempo. Puedo ser muy terco en esto, pero el tiempo vivido al margen de las esperanzas me parece un tiempo mucho más fructífero.

No hay tiempos de espera sino que todos son de acción, se sueña solo de noche y solo lo necesario para que descanse el cuerpo; se afrontan los retos en base a una planificación bien lograda, los errores se asumen, se controlan y se superan, luego viene la transformación, llámese éxito o derrota, sin puntos medios, todo lo demás debe de ser desechado.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico


lunes, 21 de septiembre de 2015

HOY ESTOY PARTICULARMENTE DEPRIMIDO


Tengo unos 150 denominados “amigos” en Facebook y a todos debería de pedirles perdón por haberlos encasillado en esa denominación de “amigos” porque sin embargo tenerlos ahí significa, tenerlos como cuadros vacíos o como posters coleccionables en mi perfil, simples cuadros de los cuales vanagloriarme por la cantidad que tengo como un buen coleccionista de eso que hoy gracias a Facebook llamamos “amigos”.

Voy al Messenger y me fijo que 9 de mis llamados “amigos” están conectados en este preciso instante, pero con ninguno de ellos voy a entablar conversación porque no sé de qué podría hablar con ellos. Entonces salgo de ahí inmediatamente, casi escapando para que ninguno de ellos note mi presencia.

Y aparece en la pantalla de mi móvil la lista de contactos que tengo en el WhatsApp, porque en esa aplicación deje precisamente abierto el móvil esta mañana. Al fijarme bien en todos esos nombres y números con sus fotos en los círculos pequeños, no supe a cuál de ellos darles un clic para iniciar una conversación porque casi nunca hablo con ninguno ellos y lo más seguro es que ya ninguno de ellos se acuerda de mí.

Hoy me siento particularmente solo y deprimido, tan solitario con mi móvil en la mano que casi y tengo ganas de llorar.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO

viernes, 18 de septiembre de 2015

NADIE SE MUERE SI NO ES EN INVIERNO


Nadie se muere si no es en invierno. Me lo dijo la abuela que conocí recién ayer, la abuela que nunca tuve, para conocerla tuve que comer naranjas en la soledad y crecer sin esperanzas. Un recuerdo inexistente pasa por el pequeño cuerpo para atormentarlo, es el Parkinson, quizás sea también el reumatismo.

Nada más conmovedor que una espalda curveada por el peso de los años, la infancia vuelve pero los recuerdos se borran con arrugas, la piel es una herida abierta permanentemente con la cual se puede bien sufrir sin resentimientos.

Nunca te vayas abuela, tu eres el mejor ejemplo de que no he sufrido aun lo suficiente…


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico



BATARAZO LA REVANCHA


DE: Gustavo L. Ruiz

Como todas las mañana, el joven Batarazo salía con su vincha y sus auriculares a correr, mínimo dos horas mientras escuchaba la canción de Rocky.

Esa mañana mientras el joven héroe se encontraba entrenando, en la granja ocurrió algo muy raro, de pronto se levantó mucho viento y mucho polvo volaba por el aire. Los habitantes se asomaron para ver que ocurría, y es entonces que escucharon un fuerte grito, como rugido de truenos, que paralizo a todos en la granja, tres veces esa horrible y gruesa voz gritó lo mismo…

—B A T A R A Z O O O….

El líder de la comunidad se asoma y ve algo que lo paraliza, los gritos venían de la criatura. Sí, esa criatura que supuestamente había muerto estaba ahí parado en dos patas buscando a su hijo.

Todos vieron tembloroso como la criatura (el gran gato montés) se acerca al gallo líder y le pregunta en un tono diablesco…

— ¿Dónde está tu hijo?

—Eee... no está— contesto tartamudeando el gallo padre

—Pues dile lo siguiente, mañana a esta hora vendré por él, si no está devoraré a todos— dijo la criatura y luego dio media vuelta pegándole fuertemente con su gran cola negra al tembloroso líder de la granja.

Dos horas más tarde cuando Batarazo regresaba vio como todos los habitantes de la comunidad se alejaban con maletas con grandes bolsos y muchos víveres.

—Pero… ¿Qué ocurre? ¿Por qué razón se marchan?— pregunta Batarazo

Y un cabrito muy enojado lo empuja y le dice…

—Por tu culpa, mentiroso, ¿no era que mataste a la criatura?

El atlético gallito presintió lo ocurrido y fue en busca de sus padres que también estaban empacando.

—Padre ¿qué está pasando?—pregunta Batarazo

El padre le cuenta lo sucedido y lo abraza mientras le dice

—Vamos, hijo tenemos que huir, no quiero saber que paso solo quiero lo mejor para ustedes y mi comunidad.

Batarazo va corriendo a la entrada de la granja y se para en medio de la procesión y dice en voz alta.

—No se marchen, no teman, puedo vencer a esa bestia.

—Si claro, como la otra vez ¿no?—dijeron algunos

—Esta vez estoy realmente preparado, en serio confíen en mí, no se marchen por favor.

Todos se miraban entre ellos, pero nadie decía nada, y el burro dijo entonces…

—Bueno nos quedaremos, pero esta vez no nos falle.

Todos volvieron a sus casas, aunque muchos no creían que el joven tenga chance de ganar a la criatura aun así se quedaron.

El gallo padre no era muy optimista, aunque de todos modos tuvo que confiar en su hijo.

El día paso rápido y la noche más rápido aun, llego la hora señalada. Batarazo sale al gran patio esperando a su casi inmortal contrincante y todos miraban en silencio, una nube de polvo reinó por unos minutos en la granja y aparecieron muchos gatos familiares de la criatura, hasta la madre de la bestia vino con su pañoleta en la cabeza.

No solo animales y gatos monteses vinieron, también llegaron animales hasta de la selva, nadie quería perderse la gran contienda, creo que también vino el león con el mono poeta, y animales del pantano.

Y cuando todos estaban ubicados en ronda, de entre los gatos, sale la criatura, caminando en dos patas y moviendo su gran cola negra.

Superaba ampliamente a Batarazo en tamaño, peso y altura, el gallo padre pregunta en vos alta…

— ¿Es necesario que peleen?

—Tú cállate— grito la criatura

Y empezó la voraz batalla, todos miraban pálidos y algunos con las maletas listas para huir.
Batarazo dio sus mejores golpes y la criatura solo se reía, le dio un zarpazo con sus afiladas garras y Batarazo cae de pico al suelo logra pararse y es tumbado nuevamente, esta vez con la cola negra del invencible luchador.

Lejos de rendirse Batarazo eludía y aplicaba patadas picotazos y peleaba con un Temple de acero. Ya los gatos monteses empezaron a desconfiar de la victoria de su representante, al mismo tiempo, los animales gritaban el nombre de ¡Batarazo! ¡Batarazo!

Era una pelea aguerrida donde las de perder siempre lo tenía el gallito valiente, es entonces que el gato montés le pega dos zarpazos seguidos y un colazo terrible… y Batarazo cae abatido con sus dos patas aparentemente quebradas.

Un silencio de hospital inundó a todos y las risas de los gatos eran cada vez más fuertes.

—Vamos, Batarazo levántate, vamosss—gritó la que era la gallinita novia del joven

Y todos empezaron a gritar nuevamente en nombre del joven héroe.

Batarazo ya sin fuerza y con el pico en el polvo, trata de levantarse, extiende sus alas y vuela cual dragón de antaño.

El gato no puede creer lo que ve e intenta alcanzarlo con las garras y es ahí cuando Batarazo en medio de gritos y aplausos se tira sobre el gato y antes de llegar a su objetivo, frena en el aire esquiva la garra y le clava el pico en la yugular.

La criatura cae y Batarazo sin parar aplica la gran picotazos con mucha velocidad, y antes de meter el último picotazo vencedor, mira a la multitud que gritaban de felicidad y ve a la madre de la criatura que con las garras en forma de rezó lloraba. Batarazo paro de pelear y se acercó a la madre que lloraba desconsoladamente y le dijo…

—Llévate a tu hijo y no vuelvan nunca más a mi granja

—Realmente eres un valiente— le contesto la madre

Y todos bailaban de alegría mientras se marchaban los intrusos gatos. Mientras Batarazo era puesto en camillas se acerca un gato montés, aparentemente el hijo de la criatura, y le da un papel para luego marcharse con una caminata desafiante, Batarazo lee el papel, sonríe y lo tira por el aire.

Un chanchito que estaba vestido como el joven héroe alcanzó la hoja y lee en voz baja

Colorín colorado

jueves, 17 de septiembre de 2015

EL JOVEN HEROE


DE: Gustavo L. Ruiz

En cierta granja al sur de las sierras de Buenos Aires, vivía un joven y atlético gallo.

Según cuenta la leyenda “Batarazo” así se llamaba el joven y valiente gallo, era la única esperanza para la granja. Desde hace un tiempo atrás la granja era víctima de feroces secuestros eventuales.

El autor de esos sangrientos secuestros era la criatura, así bautizaron a un sanguinario gato montés que venía y se llevaba a los más cachorros, ya sea chanchito, cabritos pollitos y a cualquier especie que habitaba la granja. Ya cansado de esas fechorías Batarazo comenzó a entrenar con los pollos ninjas y con todos los guerreros más reconocidos, prácticamente se volvió imbatible, era el elegido, el único capaz de enfrentar a la criatura.

Día y noche entrenando muy duro sin descansar, dispuesto a vengar a su gente, ya todos confiaban en su victoria, era solo cuestión de esperar que la criatura ¡ataque!

La madre de batarazo no estaba muy convencida de aceptar ese combate, entonces le dijo a su esposo (el gallo líder) que trate de convencer a su hijo para que no pelee con la bestia.

—Batarazo… ven traje a una persona para que hable con vos— dijo el gallo padre

—Padre, sé lo que intentas hacer, la decisión está tomada— agrego el joven.

En eso, ve entrar al gallo más famoso de la granja, el más famoso de toda la zona, de todo los tiempos, era el único gallo que enfrento a la criatura, el único que se animó a combatir ferozmente, era la leyenda.

Ya anciano el gallo leyenda se acerca con bastón y con sus cicatrices lentamente.

—Ohh, la leyenda en persona!!— dijo Batarazo

—Quiero hablar con el muchacho a solas— con una suave voz le dijo la leyenda al gallo padre.

Una vez a solas la leyenda se acerca a batarazo y le dice al oído.

—No lo hagas, no tienes ni la mínima chance de vencer.

— ¿Pero? Tú que estás lleno de cicatrices de esa feroz pelea, no puedes decirme eso— dijo batarazo.

—Ves esta cresta rota y mutilada, bueno me la hice con el alambre de púas, mientras intentaba huir de la criatura— confeso el hasta entonces leyenda.

— ¿No era que luchaste?—pregunto desorientado batarazo

—No, al ver en persona a esa feroz criatura solo quise huir, pero nadie lo sabe— seguía confesando la leyenda.

—No te preocupes no diré nada, pero yo si venceré—agrego convencido batarazo.

—No tienes ninguna oportunidad, te despedazara en el aire solo con su gran cola negra. —decía el anciano

—Ve anda anciano, no te preocupes por mí, traeré su cuerpo arrastrado, se lo prometí a mi pueblo y así será— concluyo la charla el gran Batarazo.

Como los días pasaban y no aparecía la criatura, el joven guerrero tomó la determinación de ir en su busca. Eso lleno de emoción a toda la granja, era realmente valiente el joven gallo. Y la Gallinas jóvenes susurraban su nombre.

Fue así que una madrugada se prepara con sus armas, se pone una vincha y va en búsqueda de la muerte, lo acompañan dos gallos espartanos que eran de la guardia.

Y así la granja ve como los tres elegidos se pierden lentamente en el horizonte.

Dos horas caminando y los tres sienten un gran rugido, tan fuerte y tan tenebroso que los dos guardianes escaparon sin mirar atrás, Batarazo se tira al suelo y de entre unas ramas lo ve…

Una horripilante criatura enorme con unos dientes que parecían dagas y unas garras que solo ofrecían MIEDO. Estaba peleando con otro gato montés y venció la criatura sin problemas y siguió caminando. Batarazo estaba anidado en el suelo temblando de miedo, tanto entrenamiento y ¿para qué?, pensó, el miedo pudo más que su valentía y no pudo siquiera ver la pelea entre las dos criaturas.

Después de un largo rato pensó que quedaría como un cobarde y entonces se le ocurrió una idea, amarro al gato montés vencido por la bestia y lo arrastro camino a la granja.

Antes de entrar se revolcó un poco en el piso y se puso la sangre del derrotado gato en la cara.

Los animales de la granja al verlo entrar con el animal arrastrado como lo prometió, irrumpieron en un enorme aplauso y gritos. Bravo, bravo, el batarazo venció a la criatura. Era todo alegría y emoción, todos felices, se acerca el anciano, mira a la criatura de cola blanca y mira a Batarazo.

—Tu secreto será bien guardado, supongo que el mío también— le dice en voz baja Batarazo.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

HOTEL RURAL


Saqué mi pierna de la cama, en mi tobillo había un beso, saqué la mano para tocarlo pero cuando llegue hasta el punto con mi mano ya no estaba, solo estaba el frío en mi pantorrilla. Las paredes se volvieron rosadas del frío, yo tenía el cabello alborotado y el cuerpo sucio, la cama me quedaba chica el cuarto demasiado grande, alcance solamente hasta ver la luz del frío detrás de mis sabanas, luego, el resto, era todo un misterio.

Una retratista hacía falta ahí para que me sacara una foto con el móvil, pero esa retratista hubiera terminado conmigo en la cama, supongo que más por el frío que por la urgencia de nuestros cuerpos. Al borde de la cama en el piso, había un montón de ropa amontonada, debo de suponer que toda esa ropa era la que me quite anoche, y debo de dar por hecho también que ahí están mis calzoncillos, pero siento mucha pereza para sacar la mano y buscarlos, prefiero seguir congelado hasta los ……

La cama es muy delgada, no sé cómo me ha soportado toda la noche y aun no se ha tumbado con mi peso, quisiera dar uno de esos saltos de película desde la cama y que ésta se desplome apenas lo haga, pero estoy muy ocupado haciendo nada con mi móvil en las manos, aparte que hace mucho frio para darme esa molestia.

Hay restos de jabón húmedo en mi cuerpo, pero no hay olor a jabón, de repente todo esta empañado de jabón, los muros, los pocos muebles, hasta la ropa que tengo en frente y el piso también tiene restos de jabón húmedo por todos lados. Será que tengo los ojos empañados de jabón húmedo y por eso me dolían tanto anoche mientras intentaba conciliar el sueño entre el frío y un libro en mis manos, del que a estas alturas no he podido averiguar ni su título.

He visitado las hojas de ese libro y me han parecido los muslos dibujados de una mujer, donde al tocar las palabras encuentras más bien dibujos hechos a mano encima de la piel, huelo el forro de este libro y su vientre si tiene olor a jabón, es un vientre bien perfumado, un lomo bien estrecho, húmedo de sudores e historias que se cuentan como huellas en cada una de sus páginas, el lomo y las caderas las cierro entre mis manos, la piel del forro del libro me parece terciopelo, se llena de calor al contacto de las yemas de mis dedos, es un libro con piernas largas, cada una de ellas se puede contar desde la tapa hasta la contratapa, yo sólo conté 50, es un libro de piernas largas pero corto, fácil de amar conforme se pasan por sus hojas como si fueran entrepiernas.

Pasando entre sus hojas encuentro algunas entrepiernas semitransparentes, que dejan ver lo que está escrito en el reverso. Paso mi mano por esa entrepierna y otra vez hallo palabras que a mi tacto parecen dibujos hechos a mano alzada, pienso que este libro está mal hecho, pero quizá sea la mano del que intenta leerlo la que esta mal hecha, o tal vez se deba a que en la yema de mis dedos no llevo ojos.

Como quiera que sea mañana deberé dejar este libro, porque deberé dejar este cuarto, porque es solo de paso. Debo dejar este libro pero no encuentro la mesita de noche o el velador al lado de la cama, si supiera donde encontré este libro anoche sabría donde dejarlo, pero lo más seguro es que el libro me encontró a mí y él es quien deba dejarme, le preguntaré cuando se le haya pasado la resaca y esté en condiciones de decirme dónde nos juntamos anoche. Dudo mucho que haya sido fuera de este dormitorio porque tiene las paredes rosa y está lleno de toques femeninos.

Me pongo a ver alrededor con mis ojos húmedos de jabón y me detengo a pensar que quizá lo único masculino en este dormitorio de hotel sea mi ropa, aparte de mi cuerpo por supuesto, porque el cuerpo del libro está constituido por capítulos femeninos, que tal parece, anoche estuve hojeando apasionadamente con mis manos. Recuerdo que justo al llegar a medio libro, es decir en el ombligo, encontré un extraño pircing de palabras inoxidables que resistieron a la humedad de mi lengua, y luego de mucho releer ese pircing pase de largo para terminar más abajo, donde el libro precisamente tiene olor a jabón.

Como quiera que haya sido, creo que esta mañana confundí el final de este libro con mi propia pierna y el beso que se esfumo de mi pantorrilla era en realidad un efímero beso mío, como aquellos que acostumbro a dar para no enamorarme. Como sea, ahora hace frío y si el libro que se encuentra recostado a mi lado no se predispone a abrir los ojos por la resaca que trae encima, entonces yo mejor me cubro con las sábanas hasta por encima de los ojos y también me quedo descansando, porque además, hace mucho frío.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO

De: Luis c. Torrico

martes, 15 de septiembre de 2015

ME SIENTO SOLO A MORIR


Sería feliz si no tuviera que estar encerrado dentro de mí mismo, a veces lo intento y cuando estoy a punto de salir se traba la puerta. Irremediablemente la chapa esta dañada, es cuestión de meter un alambre y forzar con maña. Debe estar oxidada.

La vida es un obstáculo,
Cada hora que pasa me asfixio,  
Cada relación es una prisión,
La ciudad es una total privación de libertad,
Mi casa esconde una escasa solemnidad
Y mi cuarto una sobrada soledad.

Soledad no te estoy pidiendo que cargues conmigo,
Pero si te pido que te lleves un pedazo de mí,
Aquella que esta encerrada,
Esta en un rincón cualquiera llamado cuerpo.

Y ya no puedo amar mi encierro
El cuarto esta vacío pero mi cuerpo esta conmigo
Me siento solo a morir pero no es cierto
Estoy encerrado.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico


lunes, 14 de septiembre de 2015

NUESTRA RELACIÓN NO FUNCIONA


Nuestra relación no funciona, ya resulto una desgracia después de lo inesperado, todo fue forzado y al final nada queda sino aguantarnos, yo soy tu crimen, tu eres mi cárcel, juntos hacemos un cruel castigo.
                              
Pícame los ojos, tuérceme la lengua no entendemos otro lenguaje para estar juntos, bésame si quieres u oféndeme, sale igual un beso que una ofensa de tu boca, hoy tus ojos están fuera de control al igual que tus manos, solo que tu boca esta fuera del departamento y yo estoy dentro, ¿no ves que tenemos vecinos con orejas más dentro que afuera de estas paredes? ¿Por qué no metes tu boca? ¿Por qué no mandas a dormir tus ojos, por qué no pegas tus brazos a tu dorso y dices buenas noches y luego no dices nada más?

Mientras amanece me quedo mirando por la ventana, estoy a una veintena de metros del suelo, siento que estoy flotando en el aire, desde ahí veo como amanece, me siento nostálgico por estar tan lejos del piso, te veo a ti finalmente dormida resoplando tranquila, finalmente más adentro que afuera. Veo por mi ventana que está naciendo una luz amarilla, las calles se iluminan allá abajo, miles de calles como una laberinto una sola luz amarilla que las esta cubriendo, y me digo a mí mismo apoyado tras la ventana, hay vida allá afuera.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico



sábado, 12 de septiembre de 2015

CHICO CIELO Y LA NIÑA VÍBORA


DE: Lucas de Laiglesia

El jueves pasado sobre las siete de la tarde estaba callejeando por el centro, buscando el metro más cercano para volver a casa, y pasé por delante de un cine cutre. Había pósters de las películas que proyectaban en la fachada, uno de ellos era de fondo azul claro, con dos monigotes mal dibujados emulando un dibujo de un niño, y en una tipografía infantil ponía “Chico Cielo y la Niña Víbora”, tenía una pinta horrible y me pareció apropiado entrar a verla, sólo y sin ganas. Me reconfortó la fealdad de la situación, el día tenía un aura de desgana general y decidí dejar de luchar contra él, de todas formas el disco que me acababa de comprar no me gustaba y el médico se negaba a darme pastillas de las que toman los hiperactivos (no recuerdo para qué las quería ahora mismo)


Entré, tenía algo de encanto el sitio, sin salirse de su estética cutre tenía su encanto, estaba poco iluminado y las paredes eran de un rosa pastel que recordaba a cine antiguo a lo art déco, igual lo era, pensaba que seguramente me gustaría más si fuese un cine nuevo que hubiese optado desde el principio por ese look triste y decadente. La taquillera era guapa, no tenía agujeros para los pendientes.


“¿Le puedo ayudar en algo?” preguntó.


“Una para la del chico y la chica” un plástico sucio cortaba el mostrador en dos, separados por la suciedad transparente.


“¿Una?” subrayó.


“Sí, sólo una”


La película blanda e insípida, amor indie manufacturado en el Hollywood de baja gama, no me acuerdo de casi nada, había una pareja, pero ni el chico volaba ni la chica era un reptil escamoso ofidio de cuerpo cilíndrico y alargado, cabeza triangular y con dos dientes retráctiles y huecos en forma de gancho con los que al morder inocularía el veneno que produce en una glándula con la que están conectados.


Al final se dijeron te quiero, todos se dicen te quiero al final, después del te quiero se funde a negro, no se sabe que pasa después, igual no se volvieron a ver. Ojalá hubiese visto Serpientes en el Avión.


En el metro de vuelta un hombre me juró que de joven fue muy importante.


viernes, 11 de septiembre de 2015

TENGAMOS AHORA MISMO UN HIJO


Tengamos ahora mismo un hijo que se llame poesía
Copula un verso conmigo que yo copularé contigo
Recitaremos gemidos hasta perder el aliento
Saldrán palabras ardientes y nos ofuscaremos
Lameremos curvas y acariciaremos rectas
Cada rima nos producirá un estremecimiento
Y el delirio nos hará llegar muy pronto al clímax
Antes del punto al final.

Pero antes:
Nos perderemos entre brutales aromas a sexo
Entre el calor y el deseo que encierra nuestra pasión.

Ven y junta tu boca con la mía,
Cuelga tu cuerpo a estas palabras
Y deja que copule contigo y en ti unos versos húmedos
Que se entierren en tu piel
Y se extingan en tu cuerpo,
Luego quédate reposada, no tienes nada más que hacer,
Mañana nacerá un hijo. Al que llamaremos poema.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico


jueves, 10 de septiembre de 2015

ETIQUETA 69 Y UN EXTRAÑO PLACER


Tengo una botella que en su etiqueta dice 69, ya esta medio vacía, una parte de su contenido ha ido a parar a mi estómago y la otra mitad a mi cerebro. Y mi novia se creía que esta mañana iba a la compra, pues no, agarré su dinero y me fui directo a la licorería. Ya que el solcito que apenas salía por la mañana no me calentaba tuve que tomar otra manera de calentarme el cuerpo, aunque fuera por dentro.

Seguramente cuando me vea regresar con esta botella como vuelto por su dinero, se encogerá de hombros y se ira tirando la puerta que da afuera del departamento, y es que ella siempre se pone como una fiera, porque aunque ya me conoce no termina de entender que yo soy así.

Pero eso no importa, luego ella vuelve. Lo que no entiende es que tengo unas ganas grandes de vivir; entre el sillón, las botellas y mis blogs favoritos de Alt Lit, a pesar de que la quiero y es mi novia, ella es una aburrida, porque no quiere entenderme que yo quiero vivir, mientras que ella prefiere tener su vida llena de monotonías. Uno de estos días va a tener que dejarme, ya se lo dije, porque ella no quiere cambiar su vida, al contrario quiere cambiar la mía y eso no se lo puedo permitir.

Mi vida es un enredo interesante, no tengo perro que me ladre, ando sobrio solamente cuando duermo y me gusta acostarme con ella pero no me gusta ir de compras a la mañana siguiente, esa vida al estilo marital no me interesa. Mi vida esta predestinada para algo más importante que eso como para desperdiciarla de ese modo.

Por el momento colecciono dos cosas: botellas con etiquetas extrañas y noches de extraño placer con mi novia. Pero luego siento un extraño frío en mi cuerpo, me siento vacío, una melancolía que no entiendo pero que se mezcla con el frío de la mañana, y entonces tengo que volver a beber hasta perderme porque solo así dejo de sentir esa confusión que no entiendo y que hace de mi vida y de la vida de mi novia una decepción profunda que está terminando en resentimiento mutuo.

DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico


miércoles, 9 de septiembre de 2015

ALREDEDOR DE LA MESA CON TAO, MIRA Y LA ALT LIT


En nuestra mesa hay bebidas de diferente calibre, desde cerveza verde, negra, ron de caña, ron de lata y ron de botella plástica, y otras bebidas con botellas estrambóticas, unas frituras de bolsa, nachos de bolsa, y papas fritas de paquete cilíndrico; todas abiertas con anterioridad y sin fecha de caducidad a la vista, hay también fotografías antiguas, esas en papel y a todo color y hay fotos más recientes en pantallas de Smartphone, hay finalmente unos cigarrillos encendidos y unas cuantas píldoras perdidas entre tantas cosas puestas sobre la mesa.

Faltó decir que estábamos leyendo pasajes de la novela de Tao Lin, y los infaltables poemas de Mira Gonzales entre otros grandes de la ALT LIT. Sus textos viajaban entre las pantallas de nuestros Smartphone (cabe aquí agradecer a los blogueros, traductores y demás que hacen posible tener estos textos al alcance de la mano). 

Entre las lecturas de nuestras pantallas vienen los tragos y las fumadas de nuestros cigarros. El verso de la boca vuela junto al humo del cigarro por el aire, solo que el verso no se disipa, el verso permanece, es el verso afilado de Mira que nos inspiran consumir tragos llenos sin siquiera expulsar el humo de nuestros cigarros.

Y esa melancolía hecha prosa de Tao nos pone esquivos, atolondrados, perdidos en una desolada tristeza ajena; y un verso anónimo encontrado en los comentarios nos deja secos, con los semblantes pálidos, perdidos un poco en el alcohol otro poco en la ignorancia.

En ese momento recordé una novia que tuve, era tan floja para la lectura que se pasaba la vida viendo MTV agarrada de una pipa y una botella de wiski siempre a medio llenar, a las tres de la tarde ya andaba tan perdida que se reía de los anuncios publicitarios y lloraba a las tres de la mañana con cada ruido que provenía de la calle mientras se quejaba sentada por no poder dormir con la luz apagada.

Recuerdo también una amante que tuve, para ella, llegar a la cama siempre era la primera vez, ocultaba sus pequeños pechos cruzando los brazos encima, ocultaba sus ojos picaros bajo unas gruesas gafas, pero lo que nunca ocultaba aunque si lo disimulaba, eran las ganas que sentía por repetir una y mil veces su primera vez en la cama; para luego terminar acomodándose desnuda sobre la cama, y ponerse a leer poemas románticos en una de sus páginas web favoritas.

De repente el mundo nos deja tan solos alrededor de la mesa; el uno se sumerge en el humo de su cigarro, el otro se queda repitiendo una y otra vez el mismo verso intentando acabarlo y el más mundano se ahoga entre el alcohol y las píldoras que ha encontrado encima la mesa, y yo, siento que la imaginación es gorda y la creación absurda, tonta la floja y letrada la inocente, pero ninguna ajena a la soledad y su desdicha, porque la soledad nos consume a todos por igual, de eso no queda duda.  


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico

DIFICIL ENTENDER A ESTE POETA


DE: Gustavo L. Ruiz


Un día el rey de la selva llamo a su rinoceronte guardia y le pidió que vaya a buscar al mono poeta que necesitaba preguntarle algo. Así lo hizo el obediente guardia y llegando al santuario del escriba le dijo lo que le acontecía a su rey.

—Dile que al alborecer cuando la última gota de oscuridad se despida lentamente dejando ráfagas tenues pugnando por no ceder y que cuando el astro despierte su poder colando por entre el horizonte vertientes de autoridad allí estaré.

— ¿Qué???— Pregunta el guardia

—Mañana temprano voy— responde el letrado

—Perdón señor mono, pero lo necesita hoy— arremetió inmediatamente el guardia.

—Pues debes de infórmale a su majestad con mucha sutileza, que el tiempo apremia en algunos casos y la sabiduría innata se despoja de su centro solo cuando la comisura de la mente lo deja estacionar por un lapso no tan breve, y es ahí cuando debemos tomar las decisiones que dejaran atrás otras incertidumbres colosales que en ocasiones habitan en lo más profundo de nuestro interior.

— ¿Qué???— Volvió a preguntar el ya inquieto rinoceronte

—Qué ahora no puedo— dijo el mono

El rinoceronte no se animaba a insistir pero debía hacerlo o quedaría en falta ante el Rey león.

—A ver si nos entendemos señor poeta, tiene que ir ahora. Ya mismo— volvió a insistir el guardia.

— ¿Ya mismo?

—Sí! Ya mismo – corroboró ilusionado el rinoceronte pensando que al fin el Mono había comprendido.

—Ya mismo, no existe.

Dijo el Mono luego de sacarse un piojo y colocarlo en la palma de su velluda mano.

—Porque el presente no existe y ya mismo ya pasó como antes y como el antes del antes. Mira este pequeño insecto. Ya no es el mismo que estaba en mi cabeza y en mi divino pelaje y ahora mismo ya no es el mismo que era cuando comencé esta frase. Como los números pares e impares dejan de ser apenas uno los nombra: el dos, el tres, el uno, el veinte. Ya mismo ya no es. Ergo, no puedo.

Tirándole el piojo al rinoceronte el Mono se dedicó concentradamente a rascarse la cabeza con el dedo índice. El guardia estaba desesperado.

—Tiene que venir! ¿Qué le digo al Rey si usted no viene? Tengo que darle una excusa… un motivo!

—Ve y llévale este recado a nuestro rey- contestó el tranquilo escritor- Dile que justamente ayer apenas dejó de mojar la lluvia con persistencia de canon o estribillo, hube de salir a procurar hierbas para mi tisana. Quiso el destino o el fragmento minúsculo de ignorancia que poseo que cultivé una hierba confundiéndola con otra casi idéntica (y ese casi define el fragmento minúsculo de mi ignorancia). Ajeno a mi propio error ingerí la tisana que por cierto estaba sabrosa. El hecho y para resumir es que a los pocos minutos de ingerir la tisana como quien ingiere un mal presentimiento se desencadenaron en mi algunas sensaciones semejantes al malestar que condiciona indeseadamente los movimientos espasmódicos de ese tubo de largo metraje que se esconde entre nuestras entrañas como una víbora maligna que solo lleva malas nuevas y oscuridades. A partir de entonces y hasta ahora mi alma, mi mente y mi cuerpo, la santa trinidad, no han hecho más que ofuscarse, echarse culpas entre ellos y retorcerse ante la evidencia del cosmos. Todo en mí fluye y tiende a salir como lo suele hacer la naturaleza: de forma descarada, autoritaria y egoísta.

— ¿Qué???- pregunto, ya de muy mal humor, el guardia

—Que me duele la panza y voy a cada rato al baño- le dijo el Mono – pero no le digas eso.

—Bueno, entonces, ¿qué es lo que le tengo que decir leal Rey?— dijo el Rinoceronte.

El Mono pensó, caminó por el lugar, siguió pensando y luego dijo.

—Pues, la premisa es simple como simple es el viento, como simple es el risco que engalana los caminos. Intentaré explicártela con algunos sencillos ejemplos- comenzó el Mono.

Pero al girar descubre que el guardia ya no estaba.



martes, 8 de septiembre de 2015

LAS PARTES SIMPLES DE SU CUERPO


Pies desnudos de una muchacha que estoy mirando, imagino el frío que sienten sus pies y es que los trae descalzos, pero en cambio oculta partes simples de su cuerpo que bien podrían ir desnudas y a la intemperie, sin embargo ella prefiere esconderlas. Quizá sea su nariz aguileña y no se siente cómoda con ella, tendrá los ojos hundidos y con ojeras, sus labios quizá sean demasiado cortos o su boca demasiado grande o quizá haya recibido demasiados besos, sus manos en cambio las imagino huesudas, tal vez sus dedos estén deformes o sus uñas estarán maltratadas, a lo mejor ya tiene las manos demasiado ajadas y por eso decidió ocultarlas, lo cierto es que esta muchacha oculta partes muy simples de su cuerpo.

Ella en realidad es sólo una chica asustada por ciertas partes de su cuerpo, dicen que a todos nos sucede en la adolescencia, pero en su caso nada es usual, nada es casualidad, mero destino quizá, pero no hay que ser mezquinos, no hay porque adelantarse, que sea ella quien nos lo cuente en su momento.

Mientras tanto, la dejaremos envolverse en su velo de misterio y dejaremos que ella misma sea quien escriba su destino aunque con las manos enguantadas. No obstante, el resto de su cuerpo ya no es un misterio.

Ella nos deja contemplarla, pero en cuanto alguien busca su rostro para mirarla directamente, ella se aleja, su bello y bien cuidado pelo es lo único que conocemos aparte de su hermosa y radiante piel blanca. Y ambas cosas bien podrían decirnos mucho de ella, pero es más el misterio de las simples partes ocultas de su cuerpo, que nos ocupa a la hora de hablar de ella.

Presiento que se esfuerza por no llamar la atención pero su cuerpo por si solo lo hace por ella, para ella debe ser muy difícil pasar desapercibida en situaciones sociales, esconde ciertas partes de su cuerpo, pero en cambio otras muy llamativas la delatan de inmediato, quiere que la gente ni perciba su presencia, pero cualquiera puede disfrutar de su presencia mientras aprecia la blancura de su piel, la melena castaña y bien preservada. Ella deja que la gente resalte los atributos cautivadores de su cuerpo, cuando no que un osado se atreva a piropearla con un disparate, pero sus verdaderas intenciones ¿quién las conoce?

Quizás andar así tan suelta de cuerpo y a la vez tan oculta detrás de un velo y unos guantes la hace sentir diferente. Y yo me pregunto ¿por cuánto tiempo más quiere sentirse diferente? Esta manera de dejarse llevar por experiencias demasiado extremas algún día tendrán un resultado adverso y negativo para ella, si es que no lo ha hecho ya, y entonces habrá deseado que su rostro cualquiera sea su aspecto y sus manos en el estado en el que se encuentren, sean los que hayan sido vistos y no el resto de su humanidad.

La gente hoy la mira físicamente atractiva a pesar de su ocultamiento, pero será esa misma gente quien, carcomida por su curiosidad la juzgue y la menosprecie un día. Y entonces, ya no querrá solo cubrir esas simples partes de tu cuerpo, sino que sentirá las ganas de cubrir todo su cuerpo: de atardeceres de invierno, de sombras otoñales, de mantos más oscuros que las noches sin luna y de todas las oscuridades y melancolías que cubren las tumbas del cementerio.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico


lunes, 7 de septiembre de 2015

CUENTO SIN NOMBRE


Cuentan las protagonistas de esta historia que, vivieron en el campo y durmieron toda su vida bajo el mismo techo junto a otros tantos desconocidos, y que las noches eran frías y el viento pasaba silbando y golpeaba las ventanas. Pasaron toda su infancia viendo por la ventana como el viento alzaba la tierra seca y la golpeaba en la ventana hasta dejar el vidrio opaco.

Sus cuerpos desnudos padecieron juntos en la misma cama. Cuando sentían hambre lo sentían en un sólo estómago y cuando comían dialogaban y lo hacían muy cerca la una de la otra, eran dos seres idénticos, cuando una se sentía triste la otra también lloraba y cuando una se enfermaba la otra también padecía de igual forma.

Calzaban del mismo número y sólo compraban tres zapatos para ambas, o más bien ocultaban el cuarto bajo la cama. En las fiestas de su comunidad se hacían presentes con sus tres zapatos recién comprados y para no caer nunca, bailaban las dos juntas, y cuando ya estaban cansadas se iban a sentar también las dos juntas.

Regularmente y al finalizar el día, después de sus hacendosos quehaceres, se iban a acostar y se contaban cuentos hasta quedar dormidas, soñaban que se iban por caminos diferentes y entonces despertaban y se regocijaban de que solo era un sueño que soñaron las dos a la misma vez, y así continuaron sus vidas hasta el final de sus días, las dos juntas, porque...

…eran siamesas.

DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico


viernes, 4 de septiembre de 2015

A CUCHILLO


Voy a meter cuchillo a esta enfermedad para que sea más corta,  voy a acuchillar esta piel para amputar aquello que aqueja, voy a separar con el cuchillo mi vida de esta enfermedad, una extirpación fina de esta piel me dará buenos resultados. La primera puñalada debe ser certera para no desangrarse, ya una vez abierta la herida debe ser posible ver a la enfermedad, de no ser así, debo buscar con la punta del cuchillo entre la piel y el musculo sin llegar a los intestinos, tendré que hacerlo rápido para no sangrar mucho porque de lo contrario perderé el sentido y todo quedara en nada.

La piel rasgada profundamente y el musculo expuesto es el primer indicio para encontrar la enfermedad, todo padecimiento se justifica, todo dolor y todo sufrimiento se hace necesario. La sangre que arda en su propio calor y que caiga a gotas nos abrirá el paso más y más adentro, hasta que se hunda la punta filosa del cuchillo y la sensación del fierro despierte el cuerpo por dentro, la herida es la esperanza para descolgar de este cuerpo: las inclemencias, sañas, fobias, aborrecimientos, repugnancias, todas una sola enfermedad a la vez, una enfermedad ajena pero que aqueja mi cuerpo.

A cuchillo y con la mano temblando, así voy a sacarme este malestar, como una mancha negra entintada de sangre o como una impureza que cuelga como flema desde adentro. Sin miedo me abriré la herida que me ha de enseñar a gritar descomunalmente, y la sangre en la punta del cuchillo me ha de enseñar a ser más fuerte que esta enfermedad, este padecimiento me enseñará, entre otras cosas, a ya no tener miedo.

Porque… ¿Qué sucede cuando la enfermedad te arrebata la vida misma?

Lo que este cuchillo me quite será poco comparado con lo que me ha quitado ya esta enfermedad, más puñaladas he recibido de la vida que de este puñal, las palabras como los sueños suelen tener el filo de un cristal roto que, una vez en tu cuerpo se incrusta, se quiebra y se incrusta aún más.

Ahora sudo intensamente y siento calambres en las manos, me siento ofuscado y aturdido, pero no debo dejar de buscar a la enfermedad para separarla de mi cuerpo, tengo que hundir el cuchillo donde más duele porque ahí está la enfermedad, este mal ha estado doliendo todo este tiempo y tengo que sacármelo. No voy a perder el sentido, no voy a caer, voy a dejar que el cuchillo entre más adentro, no voy a dejar de gritar, voy a conmocionarme pero aun así voy a seguir.

Siento nauseas, siento que la vista se me nubla, me siento débil pero este cuchillo empuñado es toda la fuerza que necesito, este cuchillo es mi fortaleza para seguir y perseguir a la enfermedad que se oculta detrás de mi piel y que se acumula dentro de mi cuerpo, por eso no renunciaré a mi propósito de arrancarla de entre mis entrañas.

Con este dolor incontenible, no voy a reprimirme y voy a gritar, como animal moribundo lleno de dolor voy a quejarme, pero voy a clamar también, y lo voy a hacer a gritos, para que esta enfermedad salga de una vez por todas de mi cuerpo, voy a pedir con furor que se vaya y que al fin me deje vivir en paz, que ya me deje tranquilo.

Y aun cuando la agitación y el dolor hayan gastado todas mis fuerzas, aun así seguiré sacando esta enfermedad de mi cuerpo con este cuchillo empapado de mi sangre, y aun cuando este cuchillo haya gastado su filo en mis entrañas, aun así seguiré desquiciadamente escarbando en mis entrañas.

Desquiciado quizá por la locura que el dolor me produce, arrebatado de mi juicio por encontrar la enfermedad, agobiado y enardecido continuaré desgarrando mi cuerpo a mansalva.

Desgastado por la enfermedad me aproximaré al desfallecimiento, casi moribundo, seguiré gritando y sangrando, cansado, miraré por última vez el cuchillo y le pediré que saque de mí la enfermedad o que se lleve mi cuerpo.


DE LA SERIE: LOS RELATOS DE GUALDO
De: Luis c. Torrico