Te percibí en un dulce encuentro, el dulce en mi boca y la tartamudez en
la tuya, luego te fuiste, quede hecho una llamarada de confusiones, el humo de
un cigarro ajeno a traído hasta mí un álbum de fotos olvidado. Y ahora viajando
en el autobús siento que estoy quemando las imágenes del recuerdo más hermoso
que tuve y que ahora se ha ido.
Siento que con tu boca torpe me has robado una vida anterior que tuve y
que me gustaba, me pregunto si a ese hurto le llaman amor los poetas.
Nota: Con este relato
se da por concluida esta serie de:
LOS RELATOS DE GUALDO de Luis c. Torrico.
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