viernes, 18 de septiembre de 2015

BATARAZO LA REVANCHA


DE: Gustavo L. Ruiz

Como todas las mañana, el joven Batarazo salía con su vincha y sus auriculares a correr, mínimo dos horas mientras escuchaba la canción de Rocky.

Esa mañana mientras el joven héroe se encontraba entrenando, en la granja ocurrió algo muy raro, de pronto se levantó mucho viento y mucho polvo volaba por el aire. Los habitantes se asomaron para ver que ocurría, y es entonces que escucharon un fuerte grito, como rugido de truenos, que paralizo a todos en la granja, tres veces esa horrible y gruesa voz gritó lo mismo…

—B A T A R A Z O O O….

El líder de la comunidad se asoma y ve algo que lo paraliza, los gritos venían de la criatura. Sí, esa criatura que supuestamente había muerto estaba ahí parado en dos patas buscando a su hijo.

Todos vieron tembloroso como la criatura (el gran gato montés) se acerca al gallo líder y le pregunta en un tono diablesco…

— ¿Dónde está tu hijo?

—Eee... no está— contesto tartamudeando el gallo padre

—Pues dile lo siguiente, mañana a esta hora vendré por él, si no está devoraré a todos— dijo la criatura y luego dio media vuelta pegándole fuertemente con su gran cola negra al tembloroso líder de la granja.

Dos horas más tarde cuando Batarazo regresaba vio como todos los habitantes de la comunidad se alejaban con maletas con grandes bolsos y muchos víveres.

—Pero… ¿Qué ocurre? ¿Por qué razón se marchan?— pregunta Batarazo

Y un cabrito muy enojado lo empuja y le dice…

—Por tu culpa, mentiroso, ¿no era que mataste a la criatura?

El atlético gallito presintió lo ocurrido y fue en busca de sus padres que también estaban empacando.

—Padre ¿qué está pasando?—pregunta Batarazo

El padre le cuenta lo sucedido y lo abraza mientras le dice

—Vamos, hijo tenemos que huir, no quiero saber que paso solo quiero lo mejor para ustedes y mi comunidad.

Batarazo va corriendo a la entrada de la granja y se para en medio de la procesión y dice en voz alta.

—No se marchen, no teman, puedo vencer a esa bestia.

—Si claro, como la otra vez ¿no?—dijeron algunos

—Esta vez estoy realmente preparado, en serio confíen en mí, no se marchen por favor.

Todos se miraban entre ellos, pero nadie decía nada, y el burro dijo entonces…

—Bueno nos quedaremos, pero esta vez no nos falle.

Todos volvieron a sus casas, aunque muchos no creían que el joven tenga chance de ganar a la criatura aun así se quedaron.

El gallo padre no era muy optimista, aunque de todos modos tuvo que confiar en su hijo.

El día paso rápido y la noche más rápido aun, llego la hora señalada. Batarazo sale al gran patio esperando a su casi inmortal contrincante y todos miraban en silencio, una nube de polvo reinó por unos minutos en la granja y aparecieron muchos gatos familiares de la criatura, hasta la madre de la bestia vino con su pañoleta en la cabeza.

No solo animales y gatos monteses vinieron, también llegaron animales hasta de la selva, nadie quería perderse la gran contienda, creo que también vino el león con el mono poeta, y animales del pantano.

Y cuando todos estaban ubicados en ronda, de entre los gatos, sale la criatura, caminando en dos patas y moviendo su gran cola negra.

Superaba ampliamente a Batarazo en tamaño, peso y altura, el gallo padre pregunta en vos alta…

— ¿Es necesario que peleen?

—Tú cállate— grito la criatura

Y empezó la voraz batalla, todos miraban pálidos y algunos con las maletas listas para huir.
Batarazo dio sus mejores golpes y la criatura solo se reía, le dio un zarpazo con sus afiladas garras y Batarazo cae de pico al suelo logra pararse y es tumbado nuevamente, esta vez con la cola negra del invencible luchador.

Lejos de rendirse Batarazo eludía y aplicaba patadas picotazos y peleaba con un Temple de acero. Ya los gatos monteses empezaron a desconfiar de la victoria de su representante, al mismo tiempo, los animales gritaban el nombre de ¡Batarazo! ¡Batarazo!

Era una pelea aguerrida donde las de perder siempre lo tenía el gallito valiente, es entonces que el gato montés le pega dos zarpazos seguidos y un colazo terrible… y Batarazo cae abatido con sus dos patas aparentemente quebradas.

Un silencio de hospital inundó a todos y las risas de los gatos eran cada vez más fuertes.

—Vamos, Batarazo levántate, vamosss—gritó la que era la gallinita novia del joven

Y todos empezaron a gritar nuevamente en nombre del joven héroe.

Batarazo ya sin fuerza y con el pico en el polvo, trata de levantarse, extiende sus alas y vuela cual dragón de antaño.

El gato no puede creer lo que ve e intenta alcanzarlo con las garras y es ahí cuando Batarazo en medio de gritos y aplausos se tira sobre el gato y antes de llegar a su objetivo, frena en el aire esquiva la garra y le clava el pico en la yugular.

La criatura cae y Batarazo sin parar aplica la gran picotazos con mucha velocidad, y antes de meter el último picotazo vencedor, mira a la multitud que gritaban de felicidad y ve a la madre de la criatura que con las garras en forma de rezó lloraba. Batarazo paro de pelear y se acercó a la madre que lloraba desconsoladamente y le dijo…

—Llévate a tu hijo y no vuelvan nunca más a mi granja

—Realmente eres un valiente— le contesto la madre

Y todos bailaban de alegría mientras se marchaban los intrusos gatos. Mientras Batarazo era puesto en camillas se acerca un gato montés, aparentemente el hijo de la criatura, y le da un papel para luego marcharse con una caminata desafiante, Batarazo lee el papel, sonríe y lo tira por el aire.

Un chanchito que estaba vestido como el joven héroe alcanzó la hoja y lee en voz baja

Colorín colorado

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