sábado, 15 de agosto de 2015

LLORARE RECORDANDO AQUELLAS MIS LÁGRIMAS


Quiero llorar en una bolsita de plástico, cerrar bien la bolsita y luego irla a dejar al mar para que se vaya con la marea. Luego iré recordando la bolsita a momentos; cuando este frente al espejo de mi peinador alisando mi cabello con la peineta, me quedare mirando fijamente mis ojos en el espejo y recordare aquella bolsita que se ha llevado mis lágrimas muy lejos, quizá termine sintiendo nostalgia, quizá lo olvide pronto.

También la recordare cuando revuelva la sopa intentando tomármela aunque no quiera hacerlo, mientras vaya haciendo remolino con la cuchara, vendrá a mi mente aquella bolsita en la que deposité mis lágrimas. Y quizá se hunda mientras recorre el mar y vaya a perderse entre piedras y peces que terminaran enterrándola en el fondo, como se entierra una vieja pena.

Si la bolsita llega a tierra firme entonces mis lágrimas se abran salvado, y aquella manifestación de mi dolor se perpetuara en el tiempo. Me siento conectada con mis lágrimas encerradas en aquella bolsita donde quiera que se encuentren, quizá la bolsita haya reventado y mis lágrimas hayan ido a parar al fondo marino, quizá un tiburón se las haya tragado y también se haya puesto a llorar sintiendo mi dolor.

Lo más acertado es pensar que aquellas mis lágrimas en la bolsita, únicamente sobrevivirán en estas palabras y que cada vez que vuelva a leerlas, llorare recordando aquellas mis lágrimas, aquel mi profundo dolor.


Nota: Con este relato se da por concluida esta serie de: LOS RELATOS DE ELEONORA de Luis c. Torrico.

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