miércoles, 26 de agosto de 2015

LOS GATOS SUELEN SALIR A PASEAR


De: Gustavo L. Ruiz

A Damián le encantaba jugar con Pichu, el gato de la triste y antigua dama de al lado. Así la bautizaron los vecinos a Mirna, una señora cincuentona que vivía sola desde hace mucho tiempo y nadie sabía con certeza su historia. Mirna adoraba a su única mascota Pichu, un gatito juguetón simpático y hasta obediente.

Siempre puntualmente a las 9 de la mañana Mirna llenaba un plato con leche y Pichu acudía a tomarlo todo. Pero esa mañana no vino, ella esperó y esperó y no entro a la casa, se sentó en el escalón de la puerta a esperarlo.

Muchas cosas pasaban por su misteriosa mente « ¿Se habrá escapado?» Pasaban los minutos, las horas y no aparecía Pichu, entonces pensó, «El último que estuvo con él fue Damián¡¡¡me lo mató!!!»

Se levantó enfurecida con la mente llena de cosas raras y fue a lo de su vecino a golpear la puerta, bruscamente dio varios golpes, la noche ya iluminaba el vecindario.

—Pero ¿Quién golpea de esa manera?— se preguntó el padre de Damián

—Soy Mirna, su hijo mató a mi gato con un palazo en la cabeza y lo enterró

— ¿Quee?

Abre enfurecido la puerta el padre y la regaña por decir semejante acusación.

— ¿Cómo es eso de que mi hijo mató a su gato?

—Si, él tuvo que haber sido, fue el último en estar con mi gato, pregúntele— Dijo desencajada la triste y antigua dama.

—Nada tengo que preguntar, Damián es imposible que haga algo así, usted sabe que él es especial.

Damián si bien tiene 17 años su mente es el de un chico de 6, ya que sufre problema de desarrollo, es un buen chico muy querido por todos, muy bueno honesto y prácticamente un inocente chico, como lo son todos los niños a esa edad, es más ni travieso es, su comportamiento es de maravillas, por eso el padre no dudó ni un segundo de su hijo y no le dio nada de crédito a la acusación de Mirna.

—Señora, los gatos suelen salir a pasear— Le dijo y cerró la puerta.

El padre de Damián entró al cuarto de su hijo y lo despertó con cariño para preguntarle del gato.

Y dijo Damián…

—Pichuuu, si yo lo quiero mucho a Pichu...

El padre lo beso en la frente y se fue a dormir. María madre de Damián preguntó que pasaba.

—Nada mi amor nada

Mirna desesperada llamo a la policía.

Y del otro lado del teléfono se escucha…

— ¿Quee? ¿Un gato? ¿Usted sabe que hora es? Y llama por un ¿GATO?

—Señora, acuéstese a dormir, mañana su gatito aparecerá con seguridad. Pues los gatos suelen salir a pasear...

Y le cortaron, Mirna no pudo acostarse, estaba como loca, inquieta, ya había amanecido. Ella quería mucho a Damián, pero en segundos, de ser un buen chico paso a ser un enfermito psicópata.

No dudo en tomar un palo grande y fue a esperar que Damián pase por su puerta, ya que toma el colectivo en la esquina, ni bien lo vio lo tomo por el brazo, Damián no entendía nada y preguntaba.

— ¿Qué pasa Mirnita?

—Vos mataste a Pichu— Dijo enfurecida.

—Pichuu. Si yo lo quie….

Y ¡¡¡PUM!!!, sin dejar que termine de hablar, le acento un certero palazo en la cabeza, y el joven Damián cayo ensangrentado al piso, entonces ella le dio tres palazos más y lo metió en su patio (el patio de Mirna). Fue a buscar una pala diciendo en voz baja «Eso te pasa por matar a mí Pichu, mi Pichu murió vos también, enfermito»

Y cuando pasaba por su puerta vio algo que la desvaneció y cayó de rodillas rompiendo en llanto...

—Dios mío ¿Qué hice?

Y Pichu terminaba de tomar su leche…

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