jueves, 27 de agosto de 2015

GABRIEL


De: Gustavo L. Ruiz

Era muy temprano, o muy tarde, exactamente las 4 de la mañana. Y Gabriel estaba haciendo un trabajo en su computadora. Gabi, así lo llamaban, era un joven de 27 años, soltero con una larga cabellera y barbita candado, estaba de novio hace varios años con una compañera de trabajo, hace un poco más de un año que vive solo, hijo único, sus padres lo visitan con frecuencia ya que viven a solo dos calles.

Tomando un café y fumando un cigarrillo, es muy fumador, apaga la compu y bostezo de por medio se dispone a ir a dormir. Cuando estaba en el baño, escucha que lo llaman como susurrando su nombre, dos veces Gabriel, Gabriel...Rápidamente sale del baño, y mira por toda casa, como no ve a nadie se asegura que la puerta este bien cerrada y que su computadora este apagada, y piensa.....debe ser mi imaginación...

Cuando se dispone a acostarse suena el teléfono, que a esa hora pareciera sonar más fuerte, debido al silencio total que hay en la casa. Gabriel se exalta un poco y atiende...

Hola, quién es?

Hola, vos no me conoces, no preguntes nada solo te digo que no te duermas y bajo
ningún punto de vista habrás la puerta.

Hola, hola quien sos?

Gabriel se queda pensando, que llamado raro, y realmente no conocía esa vos, era la vos de una mujer anciana o con problemas en la garganta.

Estaba ya un poco asustado. Pero tenía mucho, mucho sueño. Fue a su habitación, prendió un cigarrillo, se acostó y miro el reloj que marcaba las 4 y 15. Cuando termino el cigarrillo, se puso boca abajo, como de costumbre, y empezó a dormitar. Nuevamente escucha su nombre en susurros, Gabriel...Gabriel .Se levanta exaltado, ya con mucho miedo recorre toda la casa con un enorme sable, que siempre guardaba bajo su cama. Piensa en llamar por teléfono a su padre, pero no lo hace por la hora que era, se asoma lentamente a la ventana, corre muy despacio la cortina y mira el patio, pero no vio nada. Entonces dice en vos alta
a ver… fantasmita si me dejas de joder que tengo sueño...

Apaga la luz del comedor, también la de su habitación y nuevamente se acuesta, a los pocos minutos se enciende la luz del comedor. Como dejo la puerta entreabierta, llega a ver unas sombras, como de personas alargadas. El espanto invadió todo su cuerpo. Y  temblando de miedo pregunta con voz temblante...

¿Quiénes son, que quieren?

Y se apagó, sola, la luz, Se levanta lentamente y cierra con llaves la puerta de su habitación.
Muy asustado comienza a rezar y escucha que cantan una canción de cunas, siempre susurrando. Desesperado se acurruca en la cama sin entender lo que estaba sucediendo, cuando de pronto suena el teléfono. Pero el teléfono estaba en el comedor imposible atenderlo, suena y suena Gabriel se empapa de coraje y con el sable en la mano abre fuertemente la puerta, esperando encontrar a alguien o algo, pero nada había .Sorprendido atiende el teléfono y una gruesa voz le dice del otro lado...

Abrime la puerta

Quien habla? pregunta Gabriel...

Y le responden…

Abrime la puerta y me conoceras..

Quien sos? pregunta Gabi

Y le responden…

Si no me abrís la puerta ándate a dormir, que me la abro yo solo..... Y una risa macabra finaliza la conversación.

Gabriel mira la puerta, y lentamente se sienta en el sillón con el sable en la mano y mirando la puerta.

Obviamente se le fue el sueño. Pero nuevamente la canción de cuna sonaba en la casa.
Escuchaba que decían susurrando... dormite Gabriel, dormite Gabriel.

Gabi toma el teléfono para llamar a su padre. Pero apenas levanta el tubo le dicen ABRIME.
De pronto un silencio total. Suena el despertador. Ya son las 7 de la mañana. el sol asoma lentamente, Gabriel abre la puerta y una anciana con los ojos bien celestes le dice....

Gracias por no abrir la puerta., mi marido quería pegarme.

La anciana dio media vuelta y desapareció en la nada.

Gabriel con los ojos rojos de sueño y de miedo, corrió hasta la casa de sus padres y les contó todo.

El padre se toma la cabeza, y le cuenta, que hace unos cuantos años. Vivían en esa casa una pareja de ancianos con un hijo, y que el padre le pegaba a ambos. 

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