DE LA SERIE: LOS RELATOS DE
ELEONORA
De: Luis c. Torrico
La habitación está plagada de besos azules en las paredes, el aire
contenido en la habitación es tan suave que puedo sentirlo abrazando mi cuerpo,
los nombres de mis amigas están pegados en las nubes que entraron por la
ventana esta tarde mientras ventilaba la habitación del sol que se había
asentado en la cama. Cuando miro al espejo veo una extraña con los ojos
extraviados, perdida como una sordomuda moviendo la cabeza de una lado al otro,
-tu cabeza es un péndulo, tu cabeza me da mucha risa- estoy siendo irónica y
payasa, ahora tengo una nariz de payaso encima de mi nariz de pinocho. De todas
maneras quiero abrazarme contigo que estas mirándome del otro lado del espejo,
de todas maneras quiero desnudarme contigo que estas al otro lado del espejo y
hacer una fiesta romana contigo, quiero castigarte y quiero que me castigues.
Mis pobres ojos ya no aguantan leer tantos piropos colgados como anuncios en el
espejo. Sólo yo me miento, sólo yo intento hacer una verdad de una mentira y por
eso tengo nariz de pinocho, por eso mastico una vieja tachuela ya carcomida por
mi saliva pensando y deseando que un día se deshaga mi boca de mentirosa, esa
otra yo que me carga de sonrisas a pesar que este: nostálgica, furiosa o
moribunda por dentro, es la verdadera mentirosa. Tengo mil formas de engañarme,
una de ellas es viéndome al espejo y mentirme, tengo mil caras para sonreírle
al espejo pero ninguna es verdadera, tengo una nariz de pinocho y una nariz de
payaso encima.
Ustedes los besos, son reales en mi cuerpo, yo de tonta me miento en el
espejo. Ustedes conocen mi circo interior, ahí yo soy la payasa, la que se
acuesta con un falso trovador y poeta, la que se muestra en imágenes
indecorosas, yo soy esa. Yo soy la floja y sinvergüenza, yo soy la juerguista
que exhibe más que sus pensamientos su cuerpo, la que se acuesta con
cualquiera, pero al mismo tiempo soy la inviolable. De momento tengo besos
azules pegados a mi cuerpo, al menos eso tengo; son los besos de mis amigas que
vuelan encima de mí como recuerdos, los besos de desconocidas que al menos me
dicen que me quieren a través del espejo, me quieren con un querer eufórico, me
quieren sin control, me quieren y por eso me lo piden todo, me quieren con una
entrega total y sin privaciones, me quieren al límite, me quieren como quieren a
los fantasmas, es decir me quieren sin pudor ni vergüenza. Mis ángeles
carcomidos, insanos y profanos, mis ángeles queridos, ¿gusanos infieles de
dónde han venido? –Mi risa es descontrolada- Yo los imagino en forma de besos
que penetran mi cuerpo, hacen ranuras en mis pechos, me socavan con dolor, me
hacen llorar, me hacen perder la risa, ¿besos por qué son un dolor físico tan
fuerte?
Ahora me siento cansada para seguir amándolos, para seguir viéndome en el
espejo, ahora quiero ir a dormirme, dejar la cama vacía para acomodarme en
cualquier rincón oscuro. Ahora tiemblo de frío con mi cuerpo votado, tengo
hambre como siempre, tengo ganas de orinar que no resisto, extraño cada beso
que arruina mi cuerpo. Ahora estoy llorando, ¡déjenme!
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