DE LA SERIE: LOS RELATOS DE ELEONORA
De: Luis c. Torrico
Hace 20
años, nací junto a mi hermana siamesa, unidas las dos por los pezones, cuando
me veo desnuda aun la siento unida a mí, colgando de mis pezones. Me veo en el
espejo y me pregunto si era tan bella como mamá la recuerda. Y me pregunto
también por qué la recuerda tan bella y por qué a mí no me dice lo mismo. Aunque
al final no me importa.
No debería
interesarme en lo absoluto, pero mirándome en el espejo, me acomplejo y corro a
esconderme tras la cortina de la ventana, desde ahí miro mi reflejo en el
espejo, mi cuerpo desnudo me gusta, siento que no es tan feo, pero no siento
que mamá piense lo mismo. Y al final termina no importándome, salgo de la
cortina, me subo a la cama cruzando las piernas, enciendo un cigarrillo, sigo
mirando atenta el reflejo de mi cuerpo en el espejo tras el humo de mi cigarro…
Quizá es el
reflejo de mi cuerpo el que encuentran feo, o quizá mi cuerpo sea solamente la
sombra del cuerpo bello y perfecto de mi hermana, el caso es que en esta casa
de mierda todos recuerdan su belleza, todos me hacen invisible tras su belleza,
como si yo fuera la muerta. Quisiera gritarles a todos en esta casa de mierda,
que la muerta es la que colgaba de mis pezones.
A fin de
cuentas, la estupidez abunda en esta casa y yo debería lanzarme en revuelo de
carcajadas sin importarme nada, porque al final, vendrá mamá a regañarme y a
echarme en cara la belleza de mi hermana; escupo y maldigo. Luego me sorprendo del
cinismo que abunda en esta casa de mierda, todos me miran con pena, se acercan
con esa vil compasión a manifestarme su sentida lástima que me carcome por
dentro.
A veces
para escaparme de esta casa de mierda, necesito poner mis ojos de borracha,
deliberadamente perder mis senos de vista y extraviarme en un jolgorio de
piernas y abrazos; imaginar que aun llevo conmigo a mi hermana colgada de mis
pezones y dejar que ella también pierda su belleza, en este trance de piernas
abiertas y sudores que marean más que el alcohol. Levantar las manos y dejar
que mi hermana se deje también un poco.
Una sensación de vacío, y un poco de incomprensión...
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